viernes, 29 de junio de 2012

Orquesta Colombiana de Bandolas. Especial 'las cuerdas que nos unen': las siete vidas de la bandola. EL TIEMPO .com , 28 de Junio del 2012

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Orquesta Colombiana de Bandolas

Especial 'las cuerdas que nos unen': las siete vidas de la bandola. 

EL TIEMPO .com , 28 de Junio del 2012

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Un instrumento de la música andina que no tiene tantos amigos como la guitarra y el tiple.

El director Manuel Bernal tararea la melodía, mientras les pide a las dos intérpretes de bandolas soprano un sonido más delicado. Ellas, siguiendo sus instrucciones, inician de nuevo la canción, una composición del maestro Luis A. Calvo, titulada 'Escenas pintorescas de Colombia'.
Es miércoles y son las 7 de la noche. En el pequeño recinto, ubicado en el barrio Palermo de Bogotá, se amontonan para ensayar 18 de los 22 miembros de la única Orquesta de Bandolas del país, que se constituyó hace cuatro años y que se ha sostenido gracias a la devoción de sus integrantes por un instrumento para nada masivo.
"El trabajo duro es encontrar espacios de divulgación, porque lo que hacemos se sostiene en sí mismo: los ensayos y las partituras son muy cuidados -asegura Bernal, quien es el director encargado de la orquesta, en ausencia de Fabián Forero, intérprete, profesor y uno de los estudiosos más aplicados de la bandola en el país-. Tenemos a favor el factor de la sorpresa... La gente se pregunta cómo sonamos".
En la orquesta se combinan las tonalidades de bandolas soprano, alto, bajo y, desde hace dos años, contrabajo. Esta última solo tiene cuatro cuerdas, a diferencia de las demás de su familia, que usan 12, la cantidad típica del instrumento andino colombiano.
La variedad y texturas de tonalidades que alcanza la orquesta se debe a los estudios que inició Vicente Niño, bandolista de la estudiantina Bochica, hace más de 30 años, y se ha complementado con los avances de académicos y lutieres nacionales.
"Esta es una investigación que se ha desarrollado en la capital, una labor muy bogotana", en palabras de Bernal.
"Es un proceso que ha incluido buscar los instrumentos, analizarlos acústicamente, construirlos, equivocarnos y rehacerlos", agrega el también bandolista, quien recuerda que para diseñar esta familia de bandolas se basaron en las que ya existían en España (bandurrias), Rusia (domras y balalaicas) e Italia (mandolinas).

Popular o no

La historia de la bandola en Colombia se remonta a finales del siglo XIX, mucho antes de que Diego Estrada, Luis Fernando León, Jesús Zapata Builes y Benigno el 'Mono' Núñez -fundador del festival que lleva su nombre en Ginebra (Valle) en 1974- fueran reconocidos como los mejores intérpretes del instrumento en este país.
En 1899, el compositor vallecaucano Pedro Morales Pino lanzó a la fama la bandola al incluirla en la primera estudiantina que se creó en el país: La Lira Colombiana. En la agrupación, perfeccionó su interpretación al agregarle una cuerda y marcó la estructura precisa de cada ritmo colombiano. Hasta ese momento, la bandola se tocaba en grupos musicales familiares y en reuniones sociales privadas.
Pero el camino para este instrumento de 12 o 16 cuerdas (el mayor número no representa más dificultad, sino un cambio en el timbre y en la afinación), cuerpo redondeado y brazo de madera no ha sido fácil. Si de popularidad se habla, no es la bandola el instrumento en cuestión, pues a pesar de tener numerosos seguidores e intérpretes, comparada con el tiple o con la guitarra, no tiene mucho que hacer.
"Hay quienes están llevando la bandola a espacios más comerciales, pero yo no creo que sea una necesidad. Esta música nunca ha sido masiva y corresponde a una estructuración que es distinta, que viene de una tradición más académica, más urbana; porque, al contrario de lo que mucha gente piensa, la bandola nunca fue un instrumento campesino, sino más bien urbano. Siempre ha tenido la posición compartida de ser un instrumento andino y académico", asegura Bernal.
A mediados de mayo pasado, unas mil personas se reunieron en el parque central de Usaquén para asistir al más reciente concierto de la Orquesta de Bandolas. Su curiosidad sobre la riqueza musical de la agrupación las llevó a deleitarse con el repertorio, que va desde pasillos y bambucos hasta piezas de música clásica.
"La orquesta ha tratado de tocar en distintos lugares del país para mostrar que en la bandola no solo se interpreta música andina colombiana, con una sonoridad muy interesante, sino que hay gente que ya toca rock, jazz y hasta metal. Gracias a lo que hacemos, la bandola podrá tener otra posición en el futuro cercano", asegura emocionada Oriana Medina, quien desde hace nueve años interpreta la bandola alto.

Sangre nueva

Lejos de esa discusión, un grupo de 16 alumnos de la clase de cuerdas típicas en la población de Sopó (Cundinamarca) ensaya cada viernes en la tarde.
A 48 kilómetros de Bogotá, un diminuto salón del Instituto de Artes de la población alberga a los niños y jóvenes que intentan sacarles la melodía a sus guitarras, tiples, violín, bajo y, por supuesto, bandolas.
El profesor Jhon Montenegro, integrante de la Orquesta de Bandolas, es el responsable de que los pequeños se intercambien partituras del pasillo Transparencia, de Jesús Alberto Rey, y Tango último, de Astor Piazzolla, como parte de sus ensayos de la estudiantina Cuerdas Pulsadas de Sopó.
"Lo que importa es que a través de los instrumentos los muchachos puedan conocer otras músicas", asegura Montenegro, que lleva diez años interpretando la bandola.
Sus alumnos se acomodan para sentarse, con su instrumento, frente a los atriles que sostienen las partituras. En el grupo hay cuatro aprendices de bandola que planean continuar su carrera musical de forma profesional, estudiando en las facultades de Artes de la Universidad Distrital, la Sergio Arboleda o la Pedagógica, en la capital.
"Pienso en la bandola como en un efecto multiplicador de conocimiento, de música, de repertorios. Es un puente bonito entre la música que los jóvenes no conocen y lo que ellos quieren tocar", agrega el profesor Montenegro.
Para Bernal, la bandola debería quedarse donde está. "No creo que necesite situarse en el mismo nivel de la guitarra eléctrica, porque sus espacios son distintos. Responde a espacios para la música de cámara o acústica. Dar un concierto para 5.000 personas, pues ojalá pasará, pero no es algo que, de verdad, necesitemos", concluye.

Un sonido con sabor árabe

El origen de la bandola es árabe. Llegó a América en la Conquista. Su sonido deriva de la vihuela española. Se interpreta con plumilla, como la mandolina, el laúd y la balalaica. En Colombia, se arraigó en los Andes y los Llanos. En Venezuela hay la guariqueña y la guayanesa.

Sofía Gómez G.
Cultura y Entretenimiento
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martes, 19 de junio de 2012

"Mis Flores Negras" Por Ruth Welcome a la Zither, con el conjunto de Earl Shelton.

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"Mis Flores Negras"  
Por Ruth Welcome a la Zither,  con el conjunto de Earl Shelton.


En consideración a que el gran Julio Flórez ,   http://julio-florez-ntc.blogspot.com/2010_07_29_archive.html , está incluido en el libro 

“Un pais que sonha” . Cem anos de poesia colombiana. Antologista Lauren Mendinueta.

y a que hoy, por azar,  Nos Topamos Con ... una de las más bellas interpretaciones instrumentales de "MIS FLORES NEGRAS", publicamos el  
AUDIO



tomado de: 


De donde se puede bajar todo el disco y en donde aparecen estas caras: 


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Al parecer el disco es de 1963 (No hemos podido hallar información biográfica de RUTH WELCOME. Gracias si nos ayudan) 
CAPITOL ST- ( Z ) 1863 / Welcome, Ruth / Latin Zither / 1963
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Colaboración y aporte, que agradecemos,  de Gloria Serpa Flórez 


RUTH ANNELIESE WILLKOMMEN: ARTISTA DE LA CITARA
Por: JEFFREY LETTERLY

Traducido y condensado por Gloria Serpa Flórez de un texto en alemán. GOOGLE-Internet. 19 de junio de 2012

Nació en Alemania en 1919. A los ocho años se traslada con su familia a Estados Unidos. Tocó la cítara desde su niñez en Suiza y Alemania. Estudió violín y piano y piano en la Academia Julliard de Nueva York. Tocó en los refugios para heridos de la II guerra mundial.

Su gran debut fue en Nueva York en 1953. En vida publicó 18 acetatos.

Los más afamados clubes la contrataron. Interpretó durante cinco años en la afamada “Hampshire House” de Nueva York.

Murió en Sun City en el 2005 . Se la recuerda como una de las más famosas profesionales en cítara en los Estados Unidos.
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Texto en inglés “In Search of Ruth Welcome”

Welcome to Zitherland

In Search of Ruth Welcome

BY JEFFREY LETTERLY

 http://thehighhat.com/Potlatch/006/Welcome_Letterly.html

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lunes, 18 de junio de 2012

Héctor González, guitarrista clásico. El País, Cali, Junio 18, 2012.

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Héctor González 
guitarrista clásico 
El País, Cali, Junio 18, 2012. 
El vallenato, libro. Y sus dos nuevos discos ... 
 Portal del artista
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Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas en una nueva ventana.


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EN EL PAÍS, edición impresa digital: 
elpais/edicion_impresa/


d6589fcc1f9d42bc19eb2b7f803003

56/elpais-Junio-18-de-2012.php
Allí página C2
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resena/
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De: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi 

Fecha: 19 de agosto de 2012, 18:47

Asunto: HECTOR GONZÁLEZ : UN GUITARRISTA CLÁSICO QUE AMA EL VALLENATO
Para: NTC … Nos Topamos Con
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HÉCTOR GONZÁLEZ :
UN GUITARRISTA CLÁSICO QUE AMA EL VALLENATO

Amigos y amigas:

Estaba en mora de escribir estas notas ! 

Hoy voy a referirme a todo un señor y a todo un artista de la música clásica y popular: el caleño Héctor González

Corría el año de 1978, cuando en los estudios de Radio El Sol, de la ciudad de Cali, mientras se transmitía el Programa "El sol, la costa y su música", que junto con mi paisano ocañero Alfonso López Vera (Q.E.P.D.), realizábamos para difundir el folclor de la región caribe colombiana, se presentó de repente, un joven de escasos 17 años, con acordeón en mano, acompañado de 3 músicos más (caja, guacharaca y tumbadora), todos caleños, para que les permitiésemos hacer una breve presentación en el Programa que en ese momento se realizaba. Tras escucharlos en una ejecución fuera de cabina, noté que el acordeonista (me gusta más esta palabra que acordeonero), era un muchacho con bastante madera, y se le notaba un gusto por la música nacida en esa inmensa y bella región como lo es el caribe colombiano, pero en particular la ejecutada en el Valle del Cacique Upar: el vallenato

Una vez concluida la transmisión, acepté una invitación a almorzar de parte de todos los integrantes del Conjunto Vallenato de Héctor González. Fuimos a casa de los padres de Héctor, ubicada en el barrio Santander, y allí pude constatar que estaba ante todo un músico de calidad, pues además de ejecutar el acordeón vallenato, también lo hacía con la concertina, el bajo, el tiple y, ante todo una forma magistral de interpretar la guitarra clásica. Fue entonces cuando me enteré que Hector desde los 7 años, se había iniciado como Músico y que adelantaba estudios de Guitarra Clásica en el Conservatorio "Antonio María Valencia" de Cali. Su gusto por el vallenato, nació en sus andanzas como acordeonista del Grupo de Danzas de la Universidad del Valle, e igualmente cuando hacía estudios en el Instituto Popular de Cultura de Cali. 

Esa tarde, sin vacilación alguna, le dije a Hector: "Quiero que conozcas más a fondo del folclor vallenato". De allí surgió una gran amistad, que perdura hasta hoy en día. 

Al llegar a Cali en 1973, pude conocer unos personajes que me llamaron la atención por el amor que sentían por la música vallenata y por la forma simpática como ejecutaban el acordeón, entre ellos 2 antioqueños, un tolimense, un huilense y un pastuso. Luego se inició una escalada de acordeonistas procedentes de todo el caribe colombiano, que encontraron en Cali una ciudad abierta al vallenato también. (Hoy en día existen más de 30 agrupaciones radicadas en esta ciudad).

De todos esos acordeoneros existentes, en ese entonces, Héctor fue el más interesado en profundizar en la ejecución clásica del vallenato, en escuchar a los maestros Luis Enrique Martínez, Alejandro Durán, Abel Antonio Villa, Colacho Mendoza, Julio De la Ossa, Alfredo Gutiérrez, Andrés Landero, Ovidio Granados y los que ya estaban en escena y de moda: Los Zuleta y Los López. 

De verdad que no fue algo difícil para Héctor diferenciar los ritmos tradicionales del vallenato (son, merengue, paseo y puya) y tomarles el sabor en su ejecución. Para ello, me encargué de buscarle unos buenos acompañantes, todos ellos procedentes del Departamento de Córdoba, especialmente quien sería su vocalista y guacharaquero: Jesús Manuel Estrada (Q.E.P.D.)

Tras 2 años intensos de aprendizaje a fondo de la nota vallenata, Héctor  decidió presentarse en el Festival de la Leyenda Vallenata, en la categoría de aficionado, en el año de 1981, acompañado de Jesús Manuel, quien años después, se convirtió en uno de los vocalistas mas cotizados al lado de Ismael Rudas y de Omar Geles. 

Un total de 45 conjuntos participaron en ese entonces en la categoría aficionada. Héctor alcanzó a clasificar hasta llegar a los 16 semifinalistas, pero en la ronda siguiente, le correspondió enfrentarse  al conjunto de Iván Villazón (quien irrumpía como cantante y guacharaquero), al lado de Alvaro Meza, quienes finalmente obtuvieron el galardón de reyes en ese año. Allí fue eliminado

Héctor, el único acordeonista que ha representado a Cali y al Valle del Cauca en dicho evento,  no se volvió a presentar, pues sus estudios de Guitarra Clásica le absorbieron todo su tiempo. Una vez graduado como Concertista de Guitarra, viaja a España, donde hace estudios de especialización al lado del gran maestro Andrés Segovia. Se ha dedicado a recorrer el mundo dando conciertos de guitarra y laud en muchos países de Europa y América. Ha sido catedrático en varias Universidades, como la del Valle y la del Cauca, Decano o Director de la carrera de Música, compositor con grandes pergaminos, pues le han sido otorgados premios en muchos países, escritor de varias obras, ha grabado varios CDs, y también asiste invitado a grandes festivales de música clásica y popular, como intérprete y como jurado. 

Su amplio conocimiento y su gusto por las diversas expresiones musicales del folclor colombiano, le han valido ser invitado como jurado a festivales como el del "Mono Nuñez" de música andina en Ginebra (Valle), el de música del Pacífico "Petronio Alvarez" en Cali, igualmente en Ibagué y Villavicencio. 

No obstante sus múltiples compromisos, no le impidieron a Héctor sacar muchos ratos de su tiempo valioso, y durante varios años se dedicó a investigar más a fondo sobre el folclor vallenato, indagando en muchas fuentes, para finalmente producir una obra, que no ha sido lo suficientemente valorada hasta la presente: "Vallenato: Tradición y Comercio"

Este texto maravilloso, es hasta ahora, el único, oígase bien, el único texto que se ha encargado de realizar un estudio musicológico del vallenato. Existen cantidad de libros que tratan sobre esta música, pero que enfatizan más en sus aspectos costumbristas, poéticos, históricos, sociológicos, económico-sociales, pero que apunten a análisis musicológico, SOLO ESTE. 

En su investigación, Héctor realizó diversos viajes en búsqueda de fuentes de apoyo, entrevistó a muchos personajes (yo mismo le acompañé en ello, especialmente en Valledupar), indagó a más no poder, antes de dar a luz a esta obra, publicado por la Universidad del Valle.

A continuación podrán ustedes observar, en un enlace que verán más abajo, el texto de una Entrevista concedida por el personaje, objeto de esta nota, al periódico El País de la ciudad de Cali, el día 18 de junio del 2012, e igualmente en el blogspot del artista, una síntesis de su trayectoria.

Cordialmente, 

Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi
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---------- Mensaje reenviado ----------
De: NTC <ntcgra@gmail.com>  Fecha: 18 de junio de 2012 20:42
Asunto: Héctor González, guitarrista clásico, el El País, Cali, Junio 18, 2012. El vallenato, libro. La Parihuela. Y sus dos nuevos discos ... / Portal del artista >
Para: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi


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EN EL PAÍS, edición impresa digital. Allí página C2
com/2012_06_01_archive.html

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EL TEXTO DE Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi se publicó (Ago. 21, 2012) en: http://www.panoramacultural.com.co/ , Valledupar

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Héctor González: un guitarrista clásico que ama el vallenatoCorría el año de 1978, cuando en los estudios de Radio El Sol, de la ciudad de Cali, mientras se transmitía el Programa "El sol, la costa y ...Leer máshttp://www.panoramacultural.
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