miércoles, 27 de febrero de 2013

"El enterrador" y "Boda negra" no son de Julio Flórez ... . Por Jaime Rico Salazar.

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MIS FLORES NEGRAS (60 versiones)
y otras interpretaciones de composiciones y  letras de Julio Flórez 


Por María Isabel Casas R. 

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La Canción Colombiana (págs. 126 y 127).-  Julio Flórez-
Jaime Rico Salazar
La canción colombiana. Su historia, sus compositores, sus mejores intérpretes y sus canciones.
Por Jaime Rico Salazar. Publicación Bogotá : Grupo Editorial Norma, 2004.Descrip. física:  820 páginas.  21.5  x 28.3 x 4.0 cms.

Pedro Nel Ospina organizó un homenaje nacional que tuvo eco en muchas instituciones privadas y acordaron efectuar su coronación oficial el 14 de enero de 1923.
Cientos de automóviles y buses salieron de Barranquilla en caravana hasta Usiacurí, en donde habían instalado un tablado para coronar al poeta. Miles de ofrendas florales llegaron aquel día. El periódico El Tiempo le envió una simbólica araña de oro. La colonia italiana donó la corona de laureles de oro que le fue ceñida. La colonia siria le envió una hermosa tarjeta de oro. Los presos de la cárcel de Santa Marta le enviaron un hermoso crucifijo para que lo acompañara en sus últimos momentos. Y el gobierno Nacional envió una hermosa lira con un mensaje muy conmovedor del presidente Ospina.
A las 11 de la mañana el Gobernador del Atlántico, general Eparquio González realizó la coronación oficial mientras sonaban los acordes del Himno Nacional. Julio Flórez no pudo hablar, tomó el violín y desgajó unas notas mientras sus ojos se inundaban de lágrimas. Esa tarde por petición del mismo Julio fueron bautizados sus cinco hijos, reconciliándose así con la iglesia católica, en la que nunca creyó.
Los días que siguieron a la coronación fueron críticos hasta el 7 de febrero en que se despidió de este mundo. Sobre las 10 de la mañana, conciente plenamente de que su espíritu se deslindaba de la materia, acercó a su esposa y a sus hijos y les pidió un último beso y exclamó. "¡Oh! que grande es el universo.." fueron sus últimas palabras...
El funeral fue impresionante. Sus restos mortales permanecieron en la iglesia de Usiacurí y entrada la noche, con una inmensa asistencia de público y con la iluminación que le dieron millares de estrellas llevaron el féretro al cementerio. Antes de darle sepultura se guardaron cinco minutos de silencio que él mismo había pedido y sobre su tumba pusieron el epitafio que también el mismo solicitó:  “Julio Flórez, colombiano”
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"El enterrador" y "Boda negra" no son de Julio Flórez...
Definitivamente no es el autor de la letra de "El enterrador", (o "La hija de Juan Simón") como está explicado en la página 69, capítulo de Pelón y Marín.
Tampoco es el autor de la letra de la canción "Boda negra" que musicalizó en 1905 el cubano Alberto Villalón y que fue tan popular hace unos años en la voz del cantante cubano Gilberto Urquiza. Equivocación grande que trae el libro, con lo mejor de sus poemas editado por el Banco de la República en 1967, con ocasión de la celebración del centenario de su nacimiento, y que trae un prólogo excelente del maestro Rafael Maya. Este tétrico poema fue escrito por Carlos Borges un sacerdote venezolano que llevó una vida tenebrosa y que él mismo afirmaba haberlos escrito en 1885...
"Oye la historia que contóme un día
el víejo enterrador de la comarca
era un amante a quién la suerte impía
su dulce bien le arrebató la parca..."

Carlos Emilio de los Desamparados era su nombre de pila y vio la primera luz en Caracas en el año 1867. Tuvo una juventud muy parecida a la del poeta colombiano. Contaba que desengañado de su suerte por haber perdido a una novia que adoraba, pues sus padres la habían recluido en un convento para separarlos (y qué bien lo hicieron) decidió hacerse sacerdote. Después de haber recibido las órdenes sacerdotales fue asignado como capellán a un colegio de monjas. Allí enamoró a la más bella de las religiosas y armó tremendo lío.  Colgó la sotana, se dedicó al licor y a escribir poemas eróticos.
Hasta que un sacerdote dominico lo convenció de que organizara su vida. Lo llevó a Nueva York, en donde falleció el protector. Emprendió un peregrinaje de regreso por Centroamérica haciendo  escándalos por donde pasaba hasta llegar a Caracas, en donde encontró en la calle a un Obispo, se le arrodilló y públicamente le hizo una confesión de sus pecados. El Obispo lo perdonó y volvió al convento. Pero genio y figura hasta la sepultura... Continuó escribiendo versos llenos de erotismo con el seudónimo de Oscar Sutil y lo pillaron los curas. Nuevamente lo pusieron en la calle. Y lo volvieron a perdonar...

El mismo día que Juan Vicente Gómez derrocó al dictador Cipriano Castro, públicamente se lanzó a la calle a gritar vivas al gobernante depuesto. Razón por la cual fue encarcelado. En su celda le dio por escribir poemas exaltando a Juan Vicente que conmovido, lo indultó y lo nombró su capellán particular. En ese oficio se desempeñaba cuando vino el diablo por él, el 21 de octubre de 1932.

Anotaba Carlos Borges: "Escribí en versos detestables cierta canción fúnebre que atribuida a Julio Flórez, tuvo la suerte de alcanzar una inmensa popularidad en la América española. No hay pueblo de Venezuela ni de Colombia donde no la canten..." Y termina: "El fervor y la simpatía con que el público americano acogió tan pésimas estrofas, indudablemente se debe a la paternidad putativa de Julio Flórez. El nombre del poeta querido trasformò en brillantes luciérnagas los oscuros gusanos de mis versos..."
En la misma Obra Poética de Julio Flórez que editó la Biblioteca Luis Angel Arango (Banco de la República)  hay otro error, (página 118) pues incluyen como suyo el poema "Reto" que es del mexicano  Manuel Ma Flores (1)  y que figura en su poemario Pasionaria editado en 1885 ...
"Sí porque a tus plantas ruedo
como un ílota rendído
y una mírada te pído
con temor, casi con miedo;
sí porque ante tí me quedo
extátíco de emocíón
síntíendo que el corazón
se va en mí pecho a romper..."

El aporte poético de Julio Flórez a la canción popular...
El pasillo "Mis flores negras" su máxima creación...
Por supuesto, que el mayor aporte que hizo Julio Flórez al repertorio de la canción colombiana fue el pasillo "Mis flores Negras " o "Flores Negras " como se conoció inicialmente. Pero desafortunada-mente en las primeras versiones que se grabaron no supieron acreditar correctamente la autoría.
"Oye, bajo las ruinas de mis pasiones
y en el fondo de esta alma que ya no alegras
entre polvo de ensueños y de ilusiones
brotan entumecidas mis flores negras..."

Mientras Julio Flórez vivió nunca hubo controversia. Hay que tener en cuenta que además de poeta era músico, tocaba el piano, el tiple y se acompañaba con ellos. Formó parte de un cuarteto en donde además de tocar el tiple era el cantante. Sus compañeros eran Clímaco Soto Borda que tocaba la bandola, Enrique Alvarez Henao y Jorge Pombo que tocaban las dulzainas. Y las noches bogotanas y muchas enamoradas los oyeron en serenatas. Para no repetir información sobre "Mis flores negras " se puede leer lo concerniente a su historia en la página 473, repertorio de Briceño y Añez.
(1) Manuel María Flores nació en Chalchicomula, hoy Ciudad Serdán, estado de Puebla, el 25 de octubre de 1853. Sobresalió por sus dotes poéticas y formó parte del círculo literario que auspiciaba Rosario de la Peña. Allí concurrían otros dos grandes poetas: Manuel Acuña e Ignacio Ramírez "El Nigromante", enamorados de Rosario quie por preferir a Manuel María, el poeta Acuña decidió terminar con sus días. Manuel María Flores falleció el 20 de mayo de 1885, el mismo año en que se editó su obra Pasionaria. Varios de sus poemas alcanzaron popularidad al convertirse en canciones: el vals"Amémonos", la danza "El frío" (o "La tarde era triste") y "El beso del adiós" (ó el "Adiós callado").

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La Canción Colombiana
Jaime Rico Salazar (pág 69)
Pelón y Marín



Disco 407 Lado A y B - Falta encontrar este disco para completar los 40 temas.
 Disco 426 Lado A - "Capullito capullito" jota cantada por R. Arana, filipino.
 Disco 426 Lado B - "Piensa en mí", danza de autores no conocidos. Es el mismo 399 B.
Disco 592 Lado A -"El enterrador", bam-buco...
Disco 592 Lado B - "Jamás" - Pasillo - Es el mismo de la casa A del N° 388... "No puedo estar sin ti"...
Disco 594 Lado A - "Rayo de luna" - Pasillo - Es el mismo de la cara B del N° 393 que volvieron a editar aparte...
 Disco 594 Lado B - "La mujer traidora" - Es una canción española interpretada por Rosales y Robinson, grabada mucho antes que las de Pelón y Marín...
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*La autoría de “El Enterrador”…
Jorge Añez le acreditó la música a Luis Romero y la letra a Julio Flórez. Pero no es cierto en ninguno cré los dos casos. La letra, según el poema que está al lado es de Francisco Garas. Y la música tampoco es de Luis Romero. Ya vimos que los otros dos temas que Añez le acreditó a Romero "Asómate a la ventana" y "La negra" son de Alejandro Flórez. Además si hubiera sido de Luis Romero, la hubiera llevado al disco su hermano con Eduardo Baquero, dado el éxito que la canción. Y no lo hizo.
La situación se aclaró cuando El Espectador publicó una fotocopia de una página que alguien envió, de una publicación de finales del siglo antepasado llamada La Caridad, que editaba don José Joaquín Ortiz y que en el número XIV del 14 de julio de 1882 - N° 25 publicó el poema con el nombre de "El sepulturero Simón" y lo firma Francisco Garas. Pero no se sabe quién es y de dónde es el personaje. ..(es posible que sea español) porque la revista no trae ningún comentario especial acerca de los autores de las poesías que publica. La persona que quiera comprobarlo lo encuentra en la Biblioteca Luis Angel Arango de Bogotá. Por la fecha de la publicación quedan descartados todos los demás candidatos, entre ellos Victoriano Valencia (1891 - 1956) de Manizales a quién también se le atribuyó la letra que tiene pequeños cambios de acuerdo con el poema...
 Julio Flórez la cantaba en todos los recitales que hacía, especialmente cuando fue a España como Agregado Cultural (1908) y por esa razón le acreditaban la autoría de la canción. Y quizás también por esa circunstancia la canción "pegó" allá y se involucró en el folklore andaluz.
Existen por lo menos cuatro versiones de "El enterrador " posteriores por supuesto a la de Pelón y Marín, pero no dan ninguna luz respecto al origen de la canción. Seguramente la segunda versión la hicieron los cubanos Floro Zorrilla con Miguel Zaballa que la grabaron el 2 de noviembre de 1909 (Victor N° 62337) sin autor, pero tomada posible­mente de la grabación de Pelón y Marín. Mario Talavera el tenor mexicano la grabó el 30 de abril de 1917 (Victor N° 69789) y figura A. Marín en la autoría. El mismo Adolfo Marín.
Miguel Lerdo de Tejada en la misma fecha grabó además "El soldado" (o "El adiós del soldado") como arreglo suyo, lo que indica claramente que estaban tomándo­las del repertorio de Pelón y Marín. Años más tarde, el 14 de abril de 1928 lo grabaron los Hermanos Hernández (Victor N° 80740) sin autoría. En el reverso está "Van cantando por la sierra" también sin autoría. Y el 30 de enero de 1942 lo grabaron Luis Valente y Alejandro Giraldo como pasillo y con la autoría de Hugo José Gigante (Victor N° 83819) un personaje que figura mucho en el repertorio que grabaron Valente y Cáceres...
*La autoría de "Ya ves" que me muero ingrata...
Hernán Restrepo Duque sostenía que era de Alejandro Flórez y no de Pedro Morales Pino. Pero resulta que en el álbum personal que éste ilustre personaje organizó en vida, con sus partituras y los recortes de periódicos que comentaron sus actuaciones en las diferentes giras que realizó, figura éste bambuco en el listado de sus creaciones musicales... letra y música...Es irrebatible... Hernán no tuvo la suerte de conocer este álbum...
La mayor dificultad para localizar las canciones de Pelón y Marín es que los títulos con las que aparecen registradas en el catálogo son diferentes a los que aquí se conocieron, por ejemplo "Jamás" se conoció como "No puedo estar sin ti", "La prisionera" es "Canora avecilla", "Todo por ti" es "Por ti he perdido la calma, "Melancolía" es "Margarita"Toros y Cañas" es "Ya ves", "Las golondrinas" es "Ya tornan al alero", "Los alciones" son "Mis ilusiones", "Rayo de luna" es "Pasas por el abismo "...Es necesario entonces escuchar la grabación para poder tener ... 
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sábado, 23 de febrero de 2013

“Pedro Morales Pino y la Lira Colombiana con Wills y Escobar. Jaime Rico Salazar. Enero 2013

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Pedro Morales Pino 

José A. Morales 
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Sus vidas y sus obras. Memorias. Conferencias 

Por Jaime Rico Salazar 

Mayo 31, 2013. Festival Mono Núñez

Ginebra, Valle, Colombia. Mayo 31, 2013

NTC ... CUBRIMIENTO:


http://ntc-musica.blogspot.com/2013/05/pedro-morales-pino-jose-morales-sus.html
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*** 31 de mayo a Junio 2, Ginebra, Valle
--- Mono Núñez, FESTIVAL de Música Andina. Detalles: http://www.funmusica.org/ . FUNMUSICA.Oficina:  Carrera 37 # 5B2-54. Tel: (572) 558 1966/0286. Celular:  (57) 315 529 3647 Mail: Julian.Salcedo@funmusica.org . Santiago de Cali, Colombia . Conozcamos nuestro FESTIVAL: https://docs.google.com/document/d/11hPGfr74uktDpHCLKYGY2n8L0VC12PHA7MR5y3ahrtQ/edit . 

El viernes 31 de Mayo, 9 AM : "Pedro Morales Pino, su vida y sus obras". Conferencia y presentación de libro "PEDRO MORALES PINO, LA LIRA COLOMBIANA Y WILLS Y ESCOBAR" de Jaime Rico  Salazar. Lugar: Colegio 
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“Pedro Morales Pino
 y la Lira Colombiana con 
Wills y Escobar" 
Jaime Rico Salazar
Medellín, Enero 2013
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Pedro Morales Pino. Autoretrato
Restauración digital realizada por Jaime Rico Salazar
Página 26 del libro.  

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NTC ... ENLACES y COMPLEMENTACIONES
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Para: NTC ... 

Fecha: Ibagué, Febrero 22, 2013
Ref.:   Pedro Morales Pino, ¿nació en Cartago o en Ibagué? A propósito de su nacimiento hace 150 años, y las celebraciones ... 

De:  Jairo Velez Zapata, historiador y musicólogo. 

http://ntc-musica.blogspot.com/2013/02/pedro-morales-pinohoy-150-anos-de-su.html

A propósito de estar cumpliéndose el sesquicentenario del nacimiento de Pedro Morales, el diario El País de Cali publicó,  el 22 de Febrero de 2013, un artículo  *, sin autor, que habla sobre Pedro Morales Pino. Quien lo escribió está bastante desinformado de la vida del maestro Morales Pino. Primero desconoce que el segundo apellido de Pedro Morales es Polanco y no Pino. (Ver el librito de Compositores Vallecaucanos que escribió Heriberto Zapata Cuéncar en 1968) y que la partida de bautismo que el investigador Jaime Rico Salazar publicó en su magnífica obra de La Canción Colombiana, que según el concepto del historiador Jorge Orlando Melo “es la más completa obra de referencia sobre el tema que se haya escrito en el país” y que en el nuevo libro que escribió sobre la vida “Pedro Morales Pino y la Lira Colombiana con Wills y Escobar” (2013), ratifica con la Partida de Bautismo que presentó en Guatemala en 1904 para contraer matrimonio, que es la misma que publicó en el mencionado libro y en la que quedó la constancia de que Pedro Morales Pino nació en Ibagué.

  Curiosamente dice que su mamá le regaló un “curso de cuerdas” cuando estaba pequeño. Sería muy interesante saber quién escribía cursos de cuerdas en 1870 y en que almacenes los vendían en Cartago. Que dizque se ganó una “beca” para ir a estudiar a Bogotá. Fue en Ibagué en donde un señor adinerado conociendo las aptitudes musicales del chiquillo lo envió a estudiar a Bogotá. La Exposición de Pintura que comenta el desinformado periodista de El País fue en 1886 y no en 1881.  Pedro Morales Pino si tuvo la idea de adicionarle a la bandola la sexta cuerda, pero fue el constructor de instrumentos Manuel Montoya el que hizo la primera bandola con 6 órdenes de cuerdas y la llamó “Lira colombiana”. Pedro Morales Pino no era constructor de instrumentos musicales. Hay más detalles para comentar pero con estos es suficiente.

   Ahora bien, el periodista de El País anota que fue un “gomoso” de la música el que se inventó la historia de que Pedro Morales Pino nació en Ibagué. Ha de saber el periodista que ese gomoso de la música se llama Jaime Rico Salazar autor de obras como “La Historia de la Canción Colombiana, sus compositores eintérpretes” que editó NORMA (2004) y que hoy se encuentra completamente agotada, además de la obra “Cien años de Boleros” de  circulación Latinoamericana y más conocida como la Biblia del Bolero, también de “Carlos Gardel, su vida y sus canciones”. De “Las Canciones más bellas de Colombia”, de “Las canciones más bellas de Panamá”, de “Las canciones más bellas de Costa Rica”. De “Los instrumentos de la Orquesta Sinfónica”, del Curso Audiovisual de guitarra en 8 libros.  Y de nueve números de la revista Nostalgias Musicales. Ciertamente el señor Jaime Rico Salazar es un gomoso de la música. La ignorancia es atrevida reza un adagio popular, estimado periodista… . Le recomendamos que adquiera el libro de Pedro Morales Pino y la Lira Colombiana con Wills y Escobar para que se informe mejor sobre el tema...y no siga metiendo las de andar...
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* http://ntc-musica.blogspot.com/2013/02/pedro-morales-pinohoy-150-anos-de-su.html
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De: Orlando Ramírez Casas 
Fecha: Medellín, 23 de febrero de 2013 09:45
Asunto: Pedro Morales Pino, ¿nació hace 150 años en Cartago o en Ibagué?
Para: NTC ... y otros 



Hola, jóvenes:

El pasado domingo 17 reseñé el sepelio del médico Héctor Ramírez Bedoya y la conmovedora serenata que le dieron a su féretro en el funeral los cantantes Manuel Tabares y Mabel Saldarriaga.

Al día siguiente, lunes 18, tuve de nuevo el privilegio de oír la voz de Mabel en el acto de presentación del libro “Pedro Morales Pino y la Lira Colombiana con Wills y Escobar, del historiador Jaime Rico Salazar.

Si esa tarde en el auditorio de la Biblioteca Pública Piloto no hubiera habido otra cosa que la audición musical dada por la estudiantina instrumental Trío Confidencias, que componen los hermanos pediatras Juan Guillermo y Raúl Jaime Naranjo (guitarra y tiple) con la bandola de Álvaro Muñoz, interpretando los pasillos El Calavera, Reflejos, Leonilde, y Confidencias; y acompañando a Mabel en el bambuco Cuatro Preguntas, con letra de Eduardo López N. y música toda compuesta por Pedro Morales Pino; si no hubiera habido otra cosa, tal cosa hubiera justificado esa velada. Pero luego estuvieron el Dúo Rodolfo y Julián. Rodolfo Tobón tiene una extraordinaria voz que acompaña con la guitarra, y Julián Zapata hace una muy buena segunda voz, con su magistral punteo del tiple requinto. Interpretaron los bambucos Arrayanes y Ojeras y el vals Recóndita, con música de Morales Pino y letras de Julio Vives Guerra, Víctor Martínez Rivas, y Leonidas Yerovi, respectivamente. Sólo que, al final interpretaron el bambuco “Cuatro Preguntas” en sus voces y con la letra de Eduardo López N. y música de Morales Pino; intercalado con la voz de Mabel Saldarriaga y un arreglo musical de Francisco Gutiérrez con estrofas suyas que es una respuesta al anterior: “Cuatro Respuestas”. La historia de esta contestación la contó don Jaime Rico Salazar y es, en verdad, una curiosidad histórica que, nos dijo, es la primera vez que se interpreta cantada en esa modalidad de preguntar y responder que popularizó el Dúo Pimpinela. Para rematar, el dueto de Rodolfo y Julián acompañaron a Mabel en el bambuco de Morales Pino con letra de Carlos Goldsworthy titulado Reflejos. ¡Qué extraordinaria noche musical la que nos regaló don Jaime Rico en la presentación de su libro!

Don Jaime Rico Salazar no estudió en una facultad universitaria de Historia, ni pertenece a ninguna acartonada academia de historiadores, pero es un historiador por derecho propio por la tenacidad con que persigue las fuentes de información, la rigurosidad con que confronta los datos que obtiene, y la seriedad con que hace sus investigaciones. Es un Historiador, y de eso no cabe duda. Esa noche en que nos dio una larga y documentada información sobre el compositor Morales Pino nos enteramos de que el famoso compositor José A. Morales, que le dedicó a su “Pueblito Viejo” del Socorro (Santander) ese bambuco, ¡no nació en El Socorro! Nació en Guaduas (Cundinamarca) y se crió en Santander. Y nos enteramos de que el compositor cartagueño Pedro Morales Pino, que se crió en Cartago, no nació allí sino en Ibagué. Los documentos que don Jaime Rico encontró y que publica facsimilarmente en su libro, así lo confirman.

Largo preámbulo para contarles que he recibido un correo del blog NTC de Cali en donde dan cuenta de un artículo que salió publicado en el periódico El País de Cali, de la autoría anónima de alguno de esos periodistas historiadores “de oídas” que suelen pulular, en el que se refiere “a un gomoso de la música” sin especificar su nombre, y en eso no se equivoca porque don Jaime Rico Salazar es un gomoso de la música. En la réplica de Jairo Vélez Zapata que publica NTC devela tal cantidad de inexactitudes e inconsistencias en el artículo periodístico de marras, que no hay duda de que al que más va a servir el último libro de don Jaime Rico Salazar para instruirse será a ese periodista anónimo, si es que aprende a diferenciar lo que es un libro bien escrito de una revista de farándula. Hay diferencia.

En contraste, el periodista Julio César Londoño publicó en El Espectador un artículo * invitando a la conferencia que sobre el poeta Julio Flórez va a dar el editor del blog NTC de Cali, don Gabriel Ruiz Arbeláez, y el periodista Londoño se confiesa humildemente de no ser amante de la poesía, pero manifiesta su interés por asistir a esa conferencia al considerar que es la manera de acrecentar sus conocimientos sobre esos temas. Hay de periodistas a periodistas, ¡no joda!

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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http://julio-florez-ntc.blogspot.com/2013_02_23_archive.html
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El hombre que le agregó cuerdas a la bandola

CULTURA Se conmemoran los 150 años del nacimiento del compositor Pedro Morales Pino.
Autor: Luis Ángel Murcia.

Semana, 23 febrero 2013

En Cartago funciona el Conservatorio de música Pedro Morales Pino creado en honor al maestro.

Sin temor a exagerar, podría decirse que el maestro Pedro Morales Pino es el ‘científico de la música’. Compositor, arreglista, bandolista y hasta pintor, figuran entre las bondades de este artista innato que nació hace 150 años en Cartago, Valle, un pequeño municipio ubicado al sur occidente del país.

Precisamente, en esa ciudad se dieron a la tarea por sacar del olvido a semejante artista y recuperar su memoria y el valor histórico de su legado. Este viernes 22 de febrero se cumplió el sesquicentenario de su nacimiento, “los actos conmemorativos se extenderán hasta el 4 de marzo, día de su muerte”, explicó Libardo Díaz, sociólogo que coordina el homenaje.

Pese a que existen decenas de libros con su biografía y el inventario de sus obras, en la práctica su nombre se mueve más entre especialistas que reconocen en el maestro Morales a un artista integral.

Semejante calificativo no es para menos, ya que Morales Pino llevó la música colombiana a la escritura, es decir al pentagrama, en una época en la que todo se hacía al oído. Además, sus dotes investigativas le permitió experimentar con los instrumentos, y entre las grandes transformaciones figura el agregarle cuerdas a la bandola y cambiar suforma física, alejándola de la tradicional cintura, típica en las guitarras.

Jaime Monsalve, jefe musical de la Radio Nacional, recordó en una entrevista reciente que gracias a esas cuerdas, “la bandola logró más temperamento y permitió explorar nuevos sonidos”.

Según escribió William Atehortúa Almanya  en una de las tantas biografías que existen sobre el maestro, “uno de sus aportes fundamentales fue haber llevado el aire del bambuco al pentagrama. Por otra parte, la historia de la música colombiana no registra otra persona que haya divulgado en forma tan amplia y original nuestros sonidos, en una época marcada por la limitación de los medios de comunicación. Sus varias excursiones artísticas por el país y por América Central y Estados Unidos a principios del siglo XX, y por Suramérica años más tarde, son muestra fehaciente de ello”.

En efecto, el bambuco fue uno de los géneros musicales que más avanzó en Colombia de la mano del maestro Morales Pino. Algunos creen que la internacionalizó, gracias a sus viajes.

En una de esas giras por Guatemala conoció a la pianista Francisca Llerena, con quien se casó y tuvo cuatro hijos (Alicia, Rebeca, Raquel y Augusto) este último es el único que dejó descendencia. Su hija Eugenia Morales está viva y reside en Bogotá, “lamentablemente nadie en la familia siguió su vena musical, tal vez por el impacto que les causó a mi padre y mis tías, la agonía de su muerte”, dijo doña Eugenia a Semana.com.

Pero no fue necesaria la semilla musical en la familia, ya que según registros biográficas sus conocimientos fueron bien heredados en “una lujosa nómina de discípulos”: Ricardo Acevedo Bernal, Emilio Murillo, Fulgenio García, Carlos Escamilla, Luis A. Calvo, Alejandro Wills, Max y Pedro Concha, Jorge Rubiano y los Romero.

Gracias a ellos y muchos más hoy los colombianos tienen la posibilidad de saber con certeza que el centenar de producciones y composiciones del maestro Pedro Morales Pino, van desde intermezzos, valses, danzas, pasillos, gavotas, bambucos y otros.

En ese inventario reposan piezas artísticas conocidas como los pasillos Joyeles, Reflejos, Lejanía, Pierrot, Confidencias, Intimo, Una vez y los bambucos El Fusagasugueño y Cuatro Preguntas; valses como Ana Elisa, Mar y cielo, Voces de la Selva y Los Lunares.

Ahora, 150 años después de su nacimiento, los cartagueños quieren que el ‘científico de la música’ que le agregó cuerdas a la bandola y puso los bambucos en el pentagrama, ocupe el lugar que se merece en la historia musical de Colombia, y de paso resarcir el penoso calvario que padeció días antes de morir a los 64 años de edad, víctima de una cirrosis y en completo olvido.
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COMENTARIO DE NTC ... en esta publicación de Semana:

NTCGRA (24. 02.2013) 

Valioso texto y reconocimientos para el GRAN MAESTRO que siempre ha merecido un destacado lugar en la historia y el recuerdo musical de Colombia. Gracias. Sobre su lugar de nacimiento y otros aspectos de su vida y sus obras, sugerimos ver y navegar: http://ntc-musica.blogspot.com/2013/02/pedro-morales-pino-y-la-lira-colombiana.html . Atte., NTC ... ntcgra@gmail.com

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viernes, 22 de febrero de 2013

Pedro Morales Pino.Hoy, 150 años de su nacimiento. 1863 - 1926. / En El País (Cali) y en El Espectador / NTC ... Notas

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Cartago recuerda a Pedro Morales Pino, el músico más importante de la historia

Hoy, 150 años, Cartago y Colombia se estremecen para recordar, en su sesquicentenario, a quien todavía es considerado como el músico más importante en la historia de Colombia.


Escaneó: NTC ...  
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En EL PAÍS impreso en la red
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El 22 de febrero de 1863, Cartago NO se estremeció con el nacimiento de un niño, porque sus padres, José Morales y Bárbara Pino, eran humildes y pobres. El chiquillo fue bautizado con el nombre de Pedro.
Hoy, 150 años, Cartago y Colombia se estremecen para recordar, en su sesquicentenario, a quien todavía es considerado como el músico más importante en la historia de Colombia.
En aquel entonces nada hacía presagiar tal grandeza, porque el chiquillo debió salir a vender dulces por las polvorientas y tórridas calles de la poblazón que hacía parte del Estado Soberano del Cauca.
En su oficio escuchó a músicos y trovadores que pasaban por allí rumbo a Antioquia o a tomar la vía del Quindío.
Sí, fue en Cartago, por más que hace unos años a un gomoso de la música le diera por decir que Morales Pino había nacido en Ibagué, debido a que allá encontró la fe de bautismo de un Pedro Morales Polanco, del mismo día, mes y año del músico. Y como la partida de éste no ha sido hallada...
Y fue en Cartago donde la madre le regaló un tiple y un curso de cuerdas. Al mismo tiempo, Pedro se reveló como dibujante y ganó una beca para estudiarlo en Bogotá, adonde viajó en 1877.
En 1881 participó en la Exposición Nacional de Pintura, en la cual presentó retratos de gente conocida. Al mismo tiempo estudiaba en la Academia Nacional de Música, hasta que “el músico ahogó el pintor”, como diría años más tarde.
Entonces afloraron los cantos y los toques escuchados durante la niñez. Y en una época en que las ‘gentes de bien’ desdeñaban el tiple y la bandola, el bambuco y la guabina por “ser de la guacherna”, Morales Pino se interesó en todos desde una perspectiva académica.
Surgía así el nacionalismo musical en Colombia, para hacer contrapeso a las tendencias europeizantes.
Perfeccionó la bandola o lira agregándole seis cuerdas, con lo cual la convirtió en instrumento de concierto, y le dio importancia al tiple campesino.
Tomó de la tradición oral los ritmos ancestrales para llevarlos al pentagrama. A cada uno le marcó su estructura y sentó bases que aun son seguidas por compositores de nuestra música andina.
Él mismo era un virtuoso de la bandola y la guitarra, en lo cual coincidieron todos sus contemporáneos, porque, infortunadamente, nunca grabó.
En 1897 fundó la estudiantina Lira Colombiana, en la cual estuvo Julio Valencia (en cuyo honor hay una sala en Bellas Artes), padre de Antonio María Valencia.
Esa lira salió en 1899 de gira triunfal por Centroamérica, para llegar a los Estados Unidos. A su paso por Guatemala, Morales Pino se enamoró y contrajo matrimonio con la pianista Francisca Llerena.
Al mismo tiempo, el músico se ratificaba como excelso compositor de temas como los pasillos ‘Joyeles’, ‘Reflejos’, ‘Lejanía’ y ‘Pierrot’; los bambucos ‘El fusagasugueño’ y ‘Cuatro preguntas’ (con letra del bugueño Eduardo López), entre otros, hasta llegar al centenar de composiciones, todas de gran factura. También la danza ‘Onda fugaz’, con texto del poeta Carlos Villafañe, de Roldanillo. ( SOMBRAS, texto de Julio Flórez, entre otras de este poeta *) 
En 1916, el músico enviudó y resolvió radicarse en Guatemala. En el terremoto en 1917 lo perdió todo y regresó a Bogotá.
Pobre y enfermo, se dedicó a dibujar retratos al crayón y para medio sobrevivir tuvo que empeñar valiosas condecoraciones otorgadas por distintos.
En 1926, Pedro Morales Pino enfermó de gravedad y sus cuatro hijos debieron internarlo en la caridad del Hospital San José. De allí lo sacaron el pintor Ricardo Acevedo Bernal y el fotógrafo Juan N. Gómez para llevarlo a su casa, donde tres días después, el 4 de marzo, murió acompañado por sus hijos y pocos amigos.
Falleció en el olvido, aunque hoy Colombia entera lo recordará. Un poco tarde. **
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Dato clave. Homenajes
Viernes
6:30 p.m. Atrio del santuario de la Guadalupe, frente al parque Morales Pino: Te Deum y concierto de la Banda Departamental del Valle.
Sábado
10:00 a.m. Centro Cultural Comfandi (Carrera 4 n° 14-50): exposición de dibujos, conferencia ‘¡Oh, maestro del claroscuro!’ por Gladys González y muestra musical silbada con obras de Morales Pino por David Pérez.
FEBRERO 27-MARZO 2
I Festival de Música Andina ‘Pedro Morales Pino’ en Cartago, con artistas como Trío de Ida y Vuelta, Ensamble Cruzao, Escuela de Música de Chicoral, Cuarteto Becao, Grupo Bandola, Eugenio Arellano, Dueto Mejía y Valencia, Fernando Salazar, entre otros.

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* NOTAS DE NTC ... : 

Julio Flórez ( 1987 . 1923 ) fue contemporáneo y amigo de Pedro Morales Pino ( 1863 . 1926 ) . Ambos compartieron sus respectivos quehaceres musicales.  


** "Todo nos llega tarde ...", (Poema de Julio Flórez)  

DE: Bogotá y el poeta de la noche, Julio Flórez Por Gloria Serpa Flórez de Kolbe

"... Acerca del inicio de su carrera musical, Emilio Murillo menciona como hecho significativo sus primeros pasos al lado de Morales Pino y el músico y pintor Ricardo Acevedo Bernal. Este trío fue el "vibrante precursor de un quinteto que luego organicé y que tuvo mayor vida". El quinteto, conformado por el anterior trío y complementado con la presencia de Antonio González y la del poeta Julio Flórez en calidad de violinista y cantante, amenizaba las tertulias bogotanas de lecturas poéticas en las que participaban activamente Diego Uribe, Diego Fallón y el mismo Flórez. 
Una pieza en especial nos recuerda el ambiente de estas veladas: el pasillo Lucero, que en la edición de Samper Matiz (1901) ostenta una portada con un trabajo de Acevedo Bernal. En la misma partitura figura el texto del poema Noche de noviembre de Flórez, con las siguientes indicaciones: "Esta poesía debe decirse acompañada de la composición musical anterior en un tiempo más largo y suprimiendo la introducción. Para cada estrofa pues, corresponde una parte musical". Los versos de Flórez, que se imprimieron en la partitura y acompañan el pasillo, se inician con la característica morbidez del escritor. ..." 
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DEL libro La canción colombiana. Su historia, sus compositores, sus mejores intérpretes y sus canciones.
Por Jaime Rico Salazar. Publicación Bogotá : Grupo Editorial Norma, 2004.Descrip. física:  820 páginas.  21.5  x 28.3 x 4.0 cms. Capítulo dedicado a  Julio Flórez, Pags. 119 a 129


" En el Diario de Centro américa de Guatemala del 6 de noviembre de 1906 figura Julio Flórez vinculado a Pedro Morales Pino, que estaba radicado allí, en una velada organizada para beneficio de las escuelas pobres. Y declamó los poemas "Después del baile", "Mes de noviembre ", "La araña" y "Altas ternuras". En el Teatro Colón de Guatemala figura también en un concierto en el que interpretó "Mis flores negras" y en donde en el programa figura como autor de la música y de la letra del mismo. Yo vi en los archivos del teatro ese programa. Es una prueba irrefutable de su autoría.
Y fueron las últimas presentaciones que hizo en Guatemala, porque en el mismo Diario de Centroamérica del día 3 de noviembre encontré una nota en que le dan la despedida". 
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NOTAS y COMENTARIOS

DE: NTC ... 
Febrero 22. 2013


A propósito de estar cumpliéndose el sesquicentenario del nacimiento de Pedro Morales, el diario El País de Cali publicó,  el 22 de Febrero de 2013, un artículo, sin autor, que habla sobre Pedro Morales Pino. Quien lo escribió está bastante desinformado de la vida del maestro Morales Pino. Primero desconoce que el segundo apellido de Pedro Morales es Polanco y no Pino. (Ver el librito de Compositores Vallecaucanos que escribió Heriberto Zapata Cuéncar en 1968) y que la partida de bautismo que el investigador Jaime Rico Salazar publicó en su magnífica obra de La Canción Colombiana, que según el concepto del historiador Jorge Orlando Melo “es la más completa obra de referencia sobre el tema que se haya escrito en el país” y que en el nuevo libro que escribió sobre la vida “Pedro MoralesPino y la Lira Colombiana con Wills y Escobar” (2013), ratifica con la Partida de Bautismo que presentó en Guatemala en 1904 para contraer matrimonio, que es la misma que publicó en el mencionado libro y en la que quedó la constancia de que Pedro Morales Pino nació en Ibagué.

  Curiosamente dice que su mamá le regaló un “curso de cuerdas” cuando estaba pequeño. Sería muy interesante saber quién escribía cursos de cuerdas en 1870 y en que almacenes los vendían en Cartago. Que dizque se ganó una “beca” para ir a estudiar a Bogotá. Fue en Ibagué en donde un señor adinerado conociendo las aptitudes musicales del chiquillo lo envió a estudiar a Bogotá. La Exposición de Pintura que comenta el desinformado periodista de El País fue en 1886 y no en 1881.  Pedro Morales Pino si tuvo la idea de adicionarle a la bandola la sexta cuerda, pero fue el constructor de instrumentos Manuel Montoya el que hizo la primera bandola con 6 órdenes de cuerdas y la llamó “Lira colombiana”. Pedro Morales Pino no era constructor de instrumentos musicales. Hay más detalles para comentar pero con estos es suficiente.

   Ahora bien, el periodista de El País anota que fue un “gomoso” de la música el que se inventó la historia de que Pedro Morales Pino nació en Ibagué. Ha de saber el periodista que ese gomoso de la música se llama Jaime Rico Salazar autor de obras como “La Historia de la Canción Colombiana, sus compositores eintérpretes” que editó NORMA (2004) y que hoy se encuentra completamente agotada, además de la obra “Cien años de Boleros” de  circulación Latinoamericana y más conocida como la Biblia del Bolero, también de “Carlos Gardel, su vida y sus canciones”. De “Las Canciones más bellas de Colombia”, de “Las canciones más bellas de Panamá”, de “Las canciones más bellas de Costa Rica”. De “Los instrumentos de la Orquesta Sinfónica”, del Curso Audiovisual de guitarra en 8 libros.  Y de nueve números de la revista Nostalgias Musicales. Ciertamente el señor Jaime Rico Salazar es un gomoso de la música. La ignorancia es atrevida reza un adagio popular, estimado periodista… . Le recomendamos que adquiera el libro de Pedro Morales Pino y la Lira Colombiana con Wills y Escobar para que se informe mejor sobre el tema...y no siga metiendo las de andar...
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Lanzado y presentado en Medellín el 18 de Febrero de 2013

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Pedro Morales Pino
El músico de lira

Por: Jaime Andrés Monsalve B.* / Especial para El Espectador
El Espectador .com 21 Feb 2013 - 10:53 pm. Impreso Feb. 22.
Click derecho sobre la imagen para ampliarla en una nueva ventana. 


Este viernes se conmemoran 150 años del natalicio de este compositor, tiplista y bandolista, considerado el patriarca de la música andina colombiana.
 Pedro Morales Pino falleció el 4 de marzo de 1926, a causa de una cirrosis.      /Flicker Cultura Banco de la República
Mal haríamos en quedarnos hablando de nuestras actuales glorias musicales ante la pregunta de cuál fue nuestro primer artista en realizar giras y ser exitoso en el exterior. Ni siquiera basta con remontarnos a los mejores años de Nelson Pinedo con la Sonora Matancera ni a las correrías suramericanas del muy pícaro de José María Peñaranda,  autor de Se va el caimán, en la década del 50. Y todo ello porque hace 115 años un grupo de nueve músicos decidió tomar camino por Centroamérica en busca de una salida al mar que los llevara hasta la Exposición Mundial de París, en 1899. Cuenta la historia que por una emergencia sanitaria en Buenaventura se vieron obligados a tomar la primera embarcación que zarpara. Ya habían desertado tres de los aventureros. Los demás habrían de hacer parte de la primera gira internacional de un grupo colombiano a tierras extranjeras.
Aquella agrupación era la Lira Colombiana, comandada por el músico Pedro Morales Pino, nacido en Cartago, Valle, el 22 de febrero de 1863.
Cada uno de los recortes de prensa que dan cuenta del periplo centroamericano de la Lira Colombiana hacia los Estados Unidos (el barco que tomaron de afán los llevó por el Pacífico hacia Panamá, así que desistieron del primer destino trazado) es un verdadero ditirambo, aunque muchos de ellos hablan, como al paso, de un público magro. El diario La Prensa Libre de Costa Rica reseña “la concurrencia escasa, pero satisfecha y entusiasta”, mientras que el periódico El Trabajo de Nicaragua pone de relieve una noche de “gratísimas emociones para el escaso auditorio que concurrió”. Y el Diario del Salvador augura para la segunda presentación del grupo, “no cabe dudarlo, gran concurrencia”.
El tono exacerbado de los comentarios, sin embargo, es protagónico. Baste citar al cronista Agustín Luján de La Revista, de San José de Costa Rica, quien compara la música de Morales Pino con “el rumor de los vientos, el trino de las aves, el canto del arroyuelo, el tumbo de las olas… Es un mar de armonías que se revuelve o se apacigua cuando el espíritu del poeta va bogando sobre sus azules ondas: su quilla es la bandola”. De ese tono es el común de las notas de prensa que Morales Pino fue recogiendo en cada paso de su periplo y que fueron convenientemente resguardadas por sus descendientes.
No sin razón Pedro Morales Pino ha sido considerado el padre reconocido de los ritmos andinos colombianos. Fue él quien desarrolló un lenguaje particular para la escritura en papel de unos aires que hasta antes de mediados del siglo XIX seguían siendo materia de tradición oral, y además les dio realce a instrumentos que eran eminentemente campesinos, como el tiple y la bandola. Morales Pino llegó a ser un reconocido virtuoso de ese instrumento: no sólo lo sacó de su papel de simple acompañante para darle realce melódico, sino que además le incorporó un sexto orden de cuerdas graves, contribuyendo a su modernización y a su empleo en formatos de estudiantina, como la misma Lira Colombiana.
Pasaron años para que todo eso fuera realidad. Abandonado por su padre desde antes de nacer, se vio abocado a vender dulces que fabricaba su madre, doña Bárbara, mientras el profesor José Hoyos le enseñaba la técnica del carboncillo, con lo que llegó a ser un hábil dibujante; y el profesor Ramón Antonio de la Peña lo instruía en la bandola. Conmovido por sus capacidades tempranas, el educador Adolfo Sicard decidió darle apoyo en sus estudios en la Academia Nacional de Música, brindándole además vivienda y alimentación en Bogotá.
De no haber sido músico, Pedro Morales Pino igual sería reconocido como artista plástico de notables cualidades. La pintura fue su primera vocación, y en su taller bogotano del Pasaje Rivas alternó los dos artes con otro músico de su Lira Colombiana que prefirió, él sí, decantarse por la plástica. Ricardo Acevedo Bernal, tiplista, fue uno de los primeros músicos en desertar del grupo camino a Buenaventura, y decidió enfundar el instrumento para convertirse en director de la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Aquel nombre es apenas uno de aquellos que hoy son leyenda gracias a la primera de al menos tres formaciones de la Lira Colombiana. A él se unen el de Carlos El Ciego Escamilla, tiplista y “silbador” que se convirtió en la gran atracción del grupo, según recuerda el Diario del Salvador, “por la melancolía que despierta su doliente estado”; y Carlos Wordsworthy, bandolista y cantante, trágicamente malogrado en Nueva York tras dos intentos de suicidio.
Más allá de sus correrías e innovaciones, quedan para la posteridad un centenar de composiciones tan célebres como El calavera, Reflejos, Fusagasugueño, María Luisa, Colombina, Pierrot, Tartarín, Lejos de la patria y, por supuesto, el imprescindible bambuco Cuatro preguntas, con letra de Eduardo López Narváez.
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